Sus majestades en la nieve
Los reyes magos ya han pasado por Sierra Nevada, y nadie quedó indiferente.
Ayer tuvimos una noche mágica que nos trasladó a nuestra infancia, nos inundó de ilusión e inocencia y en la que pudimos disfrutar de la presencia de sus majestades.
Hace años que los reyes llegan a Sierra Nevada la noche del 5 de enero, para en su víspera de más trabajo, disfrutar de una bajada junto a los trabajadores de la estación.
Nos deslizamos desde Borreguiles hasta Pradollano donde espera la multitud y se hace entrega de los regalos a los más pequeños para luego continuar con su labor en el resto del mundo.
Se trata de un momento mágico en el que mezclamos nuestros deportes con la celebración con la cobertura del manto estrellado.
Los caramelos inundan la plaza, y los fuegos artificiales sólo se ven eclipsados por las sonrisas que inundan la cara de los más pequeños.
Un momento precioso y preciado por todo el entorno de la estación en que el brillo en los ojos de los más pequeños, y los no tan pequeños, rellena el alma, completa el corazón y alimenta la pasión por la vida.
Estas fechas nos recuerdan épocas pasadas, llenas de nostalgia y recuerdos de tiempos que solemos tratar de mejores, está solo en nuestra manos, en las de cada uno de nosotros, crear recuerdos de los años actuales a los que podamos llamar tiempos mejores.
¿Puede haber una mejor manera de empezar el año?
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